Para que le contrataran en Cucos Benítez, una empresa especializada en relojes de cuco suizos, Richard tuvo que responder a una sencilla pregunta: «¿puedes tocarte los pies con las piernas extendidas?», para luego tener que saludar a Kiki, un pez muerto. Y lo cierto es que lo han contratado para sustituir a George, que se encuentra en paradero desconocido. Pero no solo su jefe es raro, sino que todos sus compañeros son bastante peculiares: hacen reuniones sin ningún sentido, responden con evasivas a cualquier pregunta sobre información que les hace Richard... El día a día de una empresa adquiere en esta obra aspectos particulares... ¡e incluso aterradores! El pobre Richard aún no sabe dónde se ha metido y no tiene muy claro cómo puede salir ileso de ese extraño reloj de cuco.