Finales de 1982. Isaías, al volante de una furgoneta, recorre el norte de la península española proyectando películas en las plazas de los pueblos, un oficio de otra época que él se resiste a abandonar. En su viaje a ninguna parte, Isaías está eludiendo sus vínculos filiales, dejando atrás un panorama incómodo de hospitales y acallando antiguos secretos de familia. Pero aunque hace ya tiempo que el pasado le impide enfrentar el presente, no olvida que el futuro está siempre a la vuelta de la esquina. Sesión de tarde es un relato cargado de optimismo sobre el afecto, la memoria histórica y el acervo.