«Sorprende la intensidad sentimental, el cosmos o lluvia menuda de confusión, el clima (donde Maurois situaba el origen de la nueva narrativa) junto a una economía del lenguaje ensamblada en frases como cuchillas, siempre con el peligro al cabo de la página. El lector asiste atónito a cambio de ambientes, a nuevos y viejos personajes que entran en escena, al planteamiento de un vínculo afectivo en todos sus pormenores contractuales, donde el sexo despeja incógnitas y abre otras nuevas. Es un texto radical, sin concesiones, donde lo íntimo narra lo tantas veces oculto. La propiedad (novio, marido) es la gran fuga del libro, disuelta gracias a la libertad misma (el sexo). Limpieza y suciedad es el juego, aparentemente sexual o físico, planteado en numerosas páginas, pero que solo la maestría de PL Salvador y Mercedes de Miguel convierte en moral, íntimo, absoluto e inaudito. El éxito del texto es su propio espejo: ellos mismos, protagonistas, en su azogue, con el lector interpelado como pelele, al sesgo, en el debate hasta las heces que ellos plantean consigo mismos. El texto nos sobrecoge por aquello de lo que daba cuenta Agustín García Calvo: ?La realidad es mucho más de lo que hay». Ficciones, metaficciones, donde la pareja es veterana. Mercedes de Miguel y PL Salvador, a través de su mecanismo cotidiano, tan intenso como paranoico, unen tres textos clásicos (Cohetes, El agente provocador, Nadja) y le dan otra dimensión a su contenido y forma: intimidad/identidad desveladora, enriquecida siempre a cada vuelta de tuerca, resuelta tanto en subidas o bajadas imprevistas como en inmediatos cambios de rasante argumentales, sostenida siempre gracias al portentoso e impecable aparato verbal donde la interpelación al lector, subterránea y ofidia, divierte e invita al mayor desafío: sentirse acusados o cómplices de lo sucedido sin coloretes».