Después de la guerra de Bosnia, W. L. Tochman acompañó la doctora forense Ewa Klonowski y a las familias de los desaparecidos en su silenciosa búsqueda de la verdad y escribió este delicado puzle narrativo que trasciende la guerra de los Balcanes para convertirse en una reflexión universal sobre el duelo, la pérdida, el dolor, la vergüenza, la locura, el odio, el perdón y la imposibilidad de justicia mientras sigan existiendo desaparecidos.