Las heridas más profundas proceden de la familia, de los amigos y de figuras de autoridad, pero también el bálsamo para las heridas más eficaz está en ellos. Somos seres comunitarios, por lo que, si las heridas proceden del desamor de otros, también el bálsamo curativo procede del cuidado de otros. En este sentido, es clave que haya alguna persona o comunidad que acompañe a la persona herida. El acompañamiento de personas con heridas interiores es todo un arte para el que no basta la buena voluntad, hay que aprenderlo.