Dante imaginó que, en el seno del Infierno, en el foso de los "consejeros pérfidos", se agitaban las pequeñas luces de las almas malvadas, bien lejos de la gran y única luz prometida en el Paraíso. Parece que la historia moderna ha invertido esta relación: los "consejeros pérfidos" se agitan triunfalmente bajo los haces de la gran luz (televisiva), mientras que los pueblos sin poder vagan por la oscuridad como luciérnagas.