La recepción de la tesis desarrollada por Michael Billig en su libro Banal Nationalism (1995) se ha encontrado con bastantes obstáculos en España, muchos de los cuales tienen que ver con el marco nacionalista dominante, que es precisamente lo que centra la atención del estudioso británico. Esto se nota especialmente en el debate público desarrollado en los medios de comunicación, en el que lo normal es entender que en España no hay más nacionalismo que el vasco, el catalán o el gallego, no pudiendo hablarse de un nacionalismo propiamente español más que en referencia a la extrema derecha, o bien al pasado franquista.