Esta nueva edición amplía el análisis de la evolución del voto en España desde 2008 hasta la actualidad, deteniéndose en las elecciones generales de 2015 y en la crisis del bipartidismo. Ahora bien, así como aquellas elecciones implicaron la impugnación de la vieja política, la repetición electoral de 2019 diagnosticó, a su vez, la crisis de la nueva política y el retorno al bipartidismo antes de que los partidos tradicionales hubiesen hecho autocrítica y de que la crisis de representación manifestada en 2015 se hubiera resuelto. En contraste con los partidos de la transición, que fueron capaces de alinearse con los votantes y ajustarse a sus preferencias, los protagonistas de la escena política desde 2015 han tratado de que sean los votantes los que se adapten a sus estrategias, dando lugar a investiduras fallidas, repeticiones electorales y bloqueos políticos. Hemos pasado así de un bipartidismo imperfecto a un bibloquismo cada vez más polarizado, a riesgo de regresar a situaciones de confrontación y exclusivismo que dábamos por superadas. En consecuencia, los partidos se muestran incapaces de abordar los principales problemas ciudadanos y España pierde posiciones en el ranking europeo.