Con Retrato del artista adolescente (1916), novela con retazos autobiográficos, James Joyce presenta, de una manera penetrante y divertida, el paso por la crisis de la adolescencia. La obra se puede leer como un Bildungsroman (o novela de la juventud), centrada en la eclosión del artista. En este caso, la tradición católica y la agitación nacionalista surgen en el primer plano de una lucha que, más allá de los convencionalismos, quiere encontrar una forma de expresión que acompañe el protagonista hasta el umbral de la edad adulta.