El criticón es una áspera lección de moral, donde se muestra al vivo lo grotesco de tantas cosas que parecen serias, la amargura de lo que se cree dulzura, la inanidad de lo terreno y lo verdadero de la muerte redentora. El “,ser persona”, consiste en alcanzar la plenitud del desarrollo racional. El camino de la vida es una marcha hacia la racionalidad. La alegoría de sus dos protagonistas puede señalar a caballeros andantes, que cabalgan tras un ideal y se esfuerzan en vencer los obstáculos en su camino hacia la perfección. En la obra, el lector se ve afrontando las dificultades que entraña su estilo literario, pues sus particularidades expresivas lo alejan aún más de una lectura sencilla. Por eso, al interpretar ese lenguaje difícil, hemos tratado lo más posible de acercarnos a la dimensión de su época, al contexto cultural, social, político y religioso, ya que en ese juego relacional yace el alcance de la obra, tratando de identificar las coordenadas de comprensión textual, allí reflejadas. En la obra se advierte el interés por la búsqueda de la palabra oportuna, elaborando el concepto no como hijo del ingenio, sino de su agudeza, al desarrollar una filosofía del lenguaje. La obra reúne toda la complejidad de su pensamiento, trasciende los distintos géneros, caracterizándose como una novela única del Barroco español.