Este trabajo refunde distintas investigaciones que he realizado a lo largo de mi carrera en una sola. Cuando recibí el encargo de la cátedra Felipe II me di cuenta de que diversos temas que investigué en el pasado tenían un hilo que los comunicaba, abarcando una cronología muy clara, que vinculaba los primeros pasos de Felipe II como soberano con la tercera vía, ideada por el Gran Canciller Mercurino Arborio di Gattinara. Esta tercera vía era una solución a la crisis religiosa iniciada en 1517 que no pasaba ni por las manos del Papa ni por la de los protestantes, era una solución que tampoco era equidistante sino diferente y fundamentada en origen en la tradición gibelina. Es una línea que aparece y desaparece, que tan pronto aflora como discurre entre las sombras pero que siempre asomaba como posibilidad en momentos críticos, después del Saco de Roma en 1527, tras la campaña de Túnez en 1535, después de Mülhberg en 1547 y por último en 1554 cuando Felipe II fue coronado rey de Inglaterra y se procedió a reformar ese reino en una dirección que no fue precisamente la marcada por Roma. Aquí, exploraremos la suerte de esta idea formulada por el Gran Canciller en un encargo a Erasmo de Rotterdam y que, treinta y cinco años después, se cerró con el proceso al cardenal Carranza. Ahí se liquidó toda posibilidad de paz religiosa en Europa y la tercera vía quedó olvidada en el trastero de la Historia.