Pequeñas memorias no es un libro sólo de remembranzas ni de anécdotas al estilo convencional. Aquí Fina nos cuenta sobre su familia, su infancia y adolescencia, su conversión al catolicismo, con una profunda e intensa carga poética;nos revela aspectos muy íntimos de su carácter, reflexiona sobre la dicha ôa la que no le pedimos, como a la muerte o a la vida, una justificaciónö, sobre La Habana de su época;nos habla de su amistad con el gran escritor cubano Gastón Baquero y de la impresión que le causó escuchar, leer y conocer al poeta español, Juan Ramón Jiménez durante su breve estancia en nuestro país entre finales de 1936 y principios de 1939. Fue gracias a estos dos autores que Fina entra en contacto con la Poesía, así, en mayúsculas: ôtierra sin una sola sombra, única porción de alegría que me había sido dada conocer en el mundo, casa en que nunca he sido extrañaö, nos confiesa, emocionada. La publicación de Pequeñas memorias en el año del centenario de su natalicio, es un bello homenaje a una persona que dedicó toda su vida, con amor, respeto y pasión, a la literatura, y que es considerada, por muchos, una de las grandes voces líricas de Hispanoamérica.