Suicidas frustrados, amantes en diferentes grados de enajenación, parricidas, víctimas de un horror superior, escépticos irredentos y crédulos famélicos, funcionarios filósofos, diminutas existencias dispuestas a inmolarse en su afán de hacerse visibles y ser aceptadas por otras existencias diminutas, absurdos inadvertidos de tan cotidianos que conforman la gran locura social, vidas como daños colaterales de otras vidas o de las propias, sensibilidades empotradas en barras americanas como mariposas disecadas, seres a la deriva que, huyendo de sí mismos a confines remotos, se encuentran simultánea, inapelablemente, con lo que son, han sido y seránà Los personajes que pueblan los relatos contenidos en este libro componen un mosaico sorprendente, penetrante, perturbador y bienhumorado, de una concisión implacable, escrito con la auténtica maestría que solo da la inmunidad a concesiones, convenciones, pretensiones y demás imposturas.