Mi vida en cifras se parece a los intentos autobiográficos del autor, serios o noà En principio, bajo la forma de una oda a las matemáticas, en la que todo es un pretexto para las piruetas algebraicas, en la que el recuento obsesivo (del número de horas trabajadas a la cantidad de cruasanes ingeridos) marga la eggsistence del narrador;luego, bajo la forma de una ficción inconclusa, la Autobiografía amañada. Todo describe una existencia banal finalmente perturbada por la locura creativa. La locuacidad de Queneau, una oscilación permanente entre sueño y realidad, entre literatura y lenguaje oral, nunca se separa de un humor erudito destinado a deleitarnos. El Colegio de Patafísica que Queneau integró, junto con Boris Vian o Max Ernst, no está lejos. Cada texto, lleno de picardía, despedaza el punto de vista tradicional y educado y constituye una mirada nueva del mundo.