A principios del siglo XX, en un hotel de la Costa Azul, una distinguida dama inglesa se sincera con otro huésped del hotel y le confiesa que, durante veinticuatro horas, cuando ella era ya una viuda de cierta edad con hijos mayores, se sintió empujada por una pasión irresistible por un hombre al que no conocía de nada, un joven polaco muy atractivo. Un jugador.