En 1967, después de una sesión con un psiquiatra al que nunca había visto antes, subieron a un taxi a Susanna Kaysen, de dieciocho años, y la enviaron al Hospital McLean. Pasó la mayor parte de los dos años siguientes en la sala de chicas adolescentes de un hospital psiquiátrico muy reconocido por su famosa clientela (Sylvia Plath, Robert Lowell, James Taylor y Ray Charles). Las memorias de Kaysen brindan retratos vívidos de sus compañeras pacientes y sus cuidadores. Es una evocación brillante de un ôuniverso paraleloö ambientado en el paisaje cambiante de finales de los años sesenta. Inocencia interrumpida es un documento clarividente e inquebrantable que da una dimensión duradera y específica a nuestras de definiciones de cuerdo y demente, enfermedad mental y recuperación.