En Las líneas quebradas del tiempo asistimos a la lucha personal y profesional de dos mujeres, cada una en un momento distinto de la historia de nuestro país. A pesar de las diferencias entre las situaciones de ambas, están unidas por el afecto y la vocación, y sus vidas llegan a coincidir durante unos años. Sus aventuras modestas invitan a reflexionar sobre los vaivenes del tiempo, la grandeza de la docencia y el poder de la literatura. Esta novela constituye, además, un homenaje a una generación.