El sentido del humor, la fina ironía, la exhaustiva documentación, una importante carga histórica y una conciencia social a prueba de siglos son algunas de las claves que distinguen al Domingo Buesa novelista desde su primera incursión, Tomarán Jaca al amanecer (Doce Robles, 2019). La carta que nunca llegó, que da título al libro que usted, lector, tiene entre sus manos no escapa a esos valores narrativos. Y entre ellos emerge esa prosa dramática que Buesa emplea solo en uno de sus episodios, Romance de la Cazoleta, acorde al trágico destino de la joven Desideria Giménez Moner en agosto de 1936. En La carta que nunca llegó. Historias de la historia de Jaca, el autor se sumerge en un pasado que conoce a la perfección, el de una ciudad pirenaica a la que ama sin condiciones. Aquí nos ofrece pequeños y grandes retazos de su historia, desde el siglo XIII hasta el XX. Violencia, pasiones, milagros, brujería, rayos, pelucas, lagartijas y hasta una obra prohibida de Federico García Lorca son algunos de los condimentos de esta nueva delicia artesanal que ha cocinado Domingo Buesa con su habitual maestría.