Muchas veladas y todas únicas, irrepetibles, auténticas. Me siento una afortunada por haber estado en todas ellas desde ese segundo plano que tanto me gusta. No hay nada como hacer disfrutar a los demás, sonreírte con sus sonrisas, escuchar sus anhelos, empatizar con sus caídas, alegrarte por sus remontadas, compartir sus inquietudes.. en definitiva ser testigo de tantas HISTORIAS que nos hacen crecer, emocionarnos y aprender. Y desde esa primera Cena Adivina se han multiplicado mis amigos, mis descubrimientos, y mi pequeño plan de hacer una velada al mes con amigos, se ha convertido en poder vivir de este apasionante proyecto que me ha robado el corazón Un reto constante que me ha llevado a descubrir la de cosas que se pueden hacer con trabajo, ilusión y ganas, ¡muchas ganas! Mil gracias por acompañarme en este sueño.