Corren los últimos años del siglo XX y Londres vive un verano inusualmente cálido. La ola de calor comienza a cobrarse vidas humanas, entre ellas la de Manuel Cabanillas, un personaje muy popular en la peculiar comunidad de emigrantes españoles que vive en la capital británica. Fornido intelectual, pintor, poeta, filósofo, periodista pero también tramposo, adulador, fascista, anarquista, racista, embaucador... un granuja que hace sombra a cualquier pícaro castellano del Siglo de Oro. Lucas, un exprofesor de historia que fue expulsado de la Universidad de Deusto, intenta seducir a la viuda de Manuel al mismo tiempo que comienza a obsesionarse por el pasado del difunto. En particular por el tiempo que vivió en Barcelona, ciudad de la que huyó para terminar en un país del que nunca aprendió su idioma, su cultura ni entendió a sus gentes y en el que tuvo que enfrentarse al motivo que le obligó a huir de España. A través de los escritos del difunto, el autor nos hace una radiografía cómica y dramática de lo que fue la Barcelona anarquista y bohemia de los años sesenta, y de la emigración española de los tapas-bar en los noventa, al tiempo que nos presenta un reguero de peculiares personajes.
