La escuela vaciada no es un diario de la emergencia sanitaria que ha cerrado las puertas de colegios y universidades, sino una reflexión sobre cuál será el futuro de la enseñanza como actividad pedagógica y de la escuela como institución y espacio de aprendizaje. La pandemia ha marcado un punto de inflexión que entraña evidentes oportunidades de cambios y de innovación, pero también riesgos de gran calado tanto en el sector educativo como, en un sentido más amplio, en el ámbito social. ¿Son, por ejemplo, los recursos digitales una herramienta al servicio de alumnos y docentes, o son en cambio un agente encubierto que amenaza el concepto de igualdad sobre el que se tiene que regir la educación? ¿Qué espacio ocupan las humanidades en esta sociedad tecnocrática? ¿Y cuál es el papel profesional y humano que debe desempeñar el profesor? A todas estas preguntas tratan de dar una respuesta los cuatro ensayos recogidos en este volumen, que reflexionan, con diferentes enfoques, sobre el pasado reciente de la enseñanza, y plantean escenarios y líneas de trabajo para un futuro que se revela extremadamente incierto. Lejos de ser una lectura para especialistas, estos textos incumben al conjunto de la sociedad, cuyo porvenir depende en gran medida de la orientación y de las prioridades de su sistema educativo.