En el crepúsculo es donde se nos revela una luz especial, ya sea al nacer o al ponerse el sol;una luz que ilumina y oscurece a la vez el mundo, el todo, la nada. La filosofía busca incesantemente la verdad, que no es sino la luz y la sombra de las cosas, su esencia y su existencia. En «Filosofía crepuscular», los conceptos que se iluminan aparecen teñidos de una brevedad y una concisión que tan solo puede encontrar su horizonte racional en el aforismo, en la intensidad de un instante en el que el pensamiento deviene sentencia y guarida.