En la quinta crónica del arquero sin dedos nos encontramos con unos variopintos peregrinos salidos de los Cuentos de Canterbury y un asombroso crimen dónde cada uno de ellos de convierte en sospechoso. Güilliam de Canford, con su humor negro y propensión a la violencia nos guía, con la inestimable ayuda de la Gatusa, de sobresalto en sobresalto hasta la revelación final.