Al amanecer del 17 de julio de 1781, miles de indios Yuma atacaron las pequeñas poblaciones de la Purísima Concepción y San Pedro y San Pablo de Vicuñer en la confluencia de los rios Gila y Colorado. En pocas horas, una orgía de muerte y destrucción acabó con la vida de cuatro franciscanos y más de cien colonos entre hombres, mujeres y niños, mientras otros tantos quedaron cautivos.