El pánico entra como un gemelo oscuro que nos habita o se desprende de nosotros. También es una herida, un tajo que se abre en la espalda o en el pecho de la protagonista, desde donde emerge el monstruo que la aqueja. Podríamos pensar que se trata de un libro oscuro y depresivo. Todo lo contrario: en pánico fluyen la música, el humor corrosivo y la ironía frente a la propia tragedia. Lejos de la solemnidad y acorde con los trazos de cada viñeta, quien abra estas páginas podrá encontrar otra forma, quizá más festiva, de enfrentar la adversidad. Pánico empieza con el primer ataque de pánico que Ana sintió. Un ataque que le partió el pecho en dos, y que al hacerlo liberó una fuerza que la hizo sentirse triste e incapaz de controlar esa emoción durante los cinco años siguientes. En Pánico, Ana utiliza el dibujo como medio de dar forma a sus emociones. Así, el libro está lleno de viñetas donde el pánico se explora a través del humor y de la ironía, y de escenas que dan en el clavo gracias a la mezcla de imágenes y palabras que el cómic permite. Ana María López utiliza un lenguaje fresco y nuevo para hablar sobre un trastorno habitual hoy en día y poner sobre la mesa el tema de la salud mental y algunas de las consecuencias que puede traer no darle importancia