Con satisfacción y alegría podemos celebrar el hecho de que en nuestros días se hayan despertado de nuevo corrientes en favor de la mujer. Por sus condiciones y por sus cualidades, la mujer ha estado, está y seguirá estando llamada a desempeñar un papel de primer orden así en la vida social como sobre todo en la familiar. Así lo hemos manifestado de manera reiterada en nuestros cursos de literatura provenzal, lo mismo en los capítulos dedicados a la lírica de los trovadores de los siglos XII y XIII como a los consagrados a sus poetas del siglo XIX.