Entre el estímulo y la respuesta hay un espacio. En ese espacio está la capacidad de elegir nuestra respuesta. En nuestra respuesta yace nuestro crecimiento y nuestra libertad. Viktor E. Frankl. Históricamente, las teorías económicas clásicas han considerado que el ser humano asigna a cada bien un valor concreto (de tipo numérico) para poder compararlo con otro.La falsedad de estas teorías se puso de manifiesto en la conducta financiera, porque eran incapaces de predecirla. Por eso la llamada economía del comportamiento aborda el estudio de la conducta humana en materia económica e introduce la noción de que en economía hay multitud de factores que influyen en la toma de decisiones (como el miedo a perder lo que es nuestro o valoraciones subjetivas de la probabilidad de que algo suceda). Facundo Manes, junto a Mateo Niro. El cerebro del futuro. ¿Cambiará la vida moderna nuestra esencia?