En un contexto social que no sea excluyente con las personas que alguien designó como «diferentes» o como «radicalmente diferentes», se deben conjugar elementos que de forma disruptiva den lugar a un nosotros frente a un ellos-y-nosotros. Una sociedad inclusiva no le tiene miedo a la diversidad, y esa es la apuesta de este libro. Pero hablar de sociedades inclusivas, a menudo, puede ser interpretado como un paso hacia una sociedad hiperindividualista. En este contexto, podemos decir que las sociedades inclusivas tienen que ver también con la construcción social de «lo normativo» y con la repercusión que esto tiene sobre las personas.