Vivimos tiempos de memoria, de exaltación retrospectiva;tiempos nostálgicos que han hecho de los recuerdos una mercancía. Resulta difícil dilucidar hoy en día, en el pasado propio, algún ángulo de nuestra vida que no esté contaminado por una nostalgia trivial. Este libro asumiría, contra la banalidad imperante, que no es posible recordar inocentemente porque la memoria tiene bifurcaciones que nos pueden precipitar al lugar más inesperado, a la región más ajena de nosotros mismos. Con la voluntad de desaparecer en el mar oscuro de los recuerdos, el autor buscaría trazar una reflexión sobre el arte de la memoria en un momento presidido por las mercadotecnias del tiempo perdido.