En la sede andaluza de la Asociación Española de Enfermedades Raras están más desbordados que nunca. No todos los días reciben la visita de uno de los magnates más ricos del país, dispuesto a donar miles de euros por la causa. Ernesto y Delfín, dos habituales de la asociación no lo ven con buenos ojos, de hecho, todo lo contrario, les molesta ese circo. Tanta es la rabia que les provoca, que plantean pegarle un guantazo cuando nadie se lo espere, pero ese guantazo, como si del aleteo de una mariposa se tratase, acabará sintiéndose al otro lado del mundo.