Daphne lleva muchos años buscando una oportunidad profesional como decoradora y por fin lo ha conseguido. La única pega es que su nuevo jefe es un hombre anodino y tiene gestos demasiados caballerescos que la hacen dudar continuamente de sus verdaderas intenciones. Sin embargo, nada más pisar el rascacielos en el que trabajará, se da cuenta de que su perfecto plan corre peligro por culpa de Clive, un seductor hombre con los ojos más verdes que jamás haya visto. Pero con lo que le ha costado llegar hasta ahí, ¡no va a consentir que ese canalla lo eche todo a perder! Un beso que no debería haber existido, y que todavía no entiende cómo ha ocurrido, hace que todo se desate y que olvide por un segundo cuál es su principal objetivo. Dos personas en apariencia distintas, pero más parecidos de lo que ellos imaginan, comprenderán que el amor también es para ellos solo si están dispuestos a saltar al vacío. ¿Es posible controlar la atracción física o estamos condenados a dejarnos llevar ¿Conseguirá el rey de los seductores destapar la verdadera cara de la reina de las mentiras Cuidado, que en Chicago saltarán chispas.