La segunda isla más grande del Mediterráneo no decepciona. Cerdeña posee algunas de las playas más bellas e impresionantes de Europa, con bahías de arena albina y aguas de azul turquesa. Sus carreteras están llenas de destinos ocultos, bahías escondidas y yacimientos arqueológicos que será imposible no parar a visitar, y su interior montañoso alberga las mejores rutas para amantes del senderismo, la escalada y el ciclismo. Cerca de Italia y bien comunicada, el viajero disfrutará de un viaje lleno de emociones y excelente cocina sarda.