«¿Yo? ¿Anoréxica? ¡Para nada! ¡Si yo no vomito ni estoy en los huesos!» Sí, yo también pensaba que eso era padecer un trastorno de la conducta alimentaria, pero cuando lo viví en mi propia piel me di cuenta de que los trastornos de la alimentación son mucho más que vomitar o estar extremadamente delgada. Esta es mi historia, aquí está todo lo que he vivido y todo lo que he aprendido en este camino hacia la recuperación de mi vida. Porque sí: es posible volver a ver la luz y ser feliz.