Con su suntuosa mezcla de tradiciones, creencias, fiestas, arquitectura y paisajes, los recuerdos de la India acompañarán al viajero durante mucho tiempo. Dejarse llevar es lo mejor para mantener intacta la cordura al recorrer el caótico lienzo que es la India. Con la facilidad del país para evocar, exasperar, emocionar y confundir a un tiempo, siempre hay que estar preparado para lo inesperado. Puede ser un reto, sobre todo si es la primera vez: a pesar de tantas maravillas, la pobreza es un desafío, la burocracia puede resultar frustrante y las aglomeraciones, convertir la tarea más sencilla en una epopeya extenuante. Se la ame o se la aborrezca ?y el grueso de los visitantes parece fluctuar entre ambos sentimientos?, quien comprenda la imprevisibilidad de la India habrá entendido su alma.