Si los expertos en mercadotecnia acordaran un destino ideal, este podría muy bien ser Costa Rica. El país se ha ganado su nombre y, distanciándose de sus vecinos centroamericanos, se sitúa a la vanguardia en su afán por mantener la paz, la prosperidad y el turismo sostenible. La mareante variedad de ofertas de actividades al aire libre ofrece emociones de todas las formas y tamaños, desde el vértigo de una tirolina hasta una tarde soleada en la playa. Los parques nacionales protegen bosques pluviales y brumosos, volcanes humeantes y otros parajes de belleza superlativa, y las olas son adecuadas tanto para surfistas novatos como expertos.