El refrán para el que tiene un martillo, todo son clavos viene a decir que cuando intensificamos mucho algo (una profesión, interés, persona o tarea) ese algo se transforma en una manera de mirar el mundo, en un filtro con el que lo interpretamos y vivimos.La preparación de un libro es un martillo, y durante el período que transcurre mientras documentamos, comentamos, analizamos, comparamos, esbozamos y escribimos todo se convierte en apetitosos clavos.La escritura de La Arquitectura Radical (publicado en 2021 en esta misma editorial) significó tal inmersión en el océano desmedido de Superstudio, Archizoom, Coop Himmelblau...etc que todo a mi alrededor flotaba irremediablemente en torno a ellos;y tanto flotaba que el resto de las lecturas (por muy alejadas que estuvieran en lo conceptual, cronológico o en cuanto al género literario) parecían impregnadas del aroma radical.En su momento, embriagado de radicalidad, me dediqué a recopilar las citas, aforismos y referencias que entendía conectadas con el extraordinario momento que vivió la arquitectura entre los años 1960 y 1975 por los agentes radicales. Una es