Kon-tiki fue el nombre de la balsa utilizada por el explorador noruego Thor Heyerdahl (1914-2002) en su expedición de 1947 por el océano Pacífico desde Sudamérica hasta la Polinesia. El nombre de la embarcación se debía al dios solar de los incas, Viracocha, de quien se decía que antiguamente había llevado el nombre de Kon-Tiki. Kon-Tiki es también el nombre del libro que escribió Heyerdahl sobre su experiencia. Heyerdahl sostenía que pobladores procedentes de Sudamérica podrían haber llegado hasta la Polinesia ya en tiempos precolombinos. El propósito de Heyerdahl era demostrar la posibilidad de que el poblamiento de la Polinesia se hubiese llevado a cabo por vía marítima, desde América del Sur, en balsas idénticas a la usada durante la expedición y movidas únicamente por las mareas, las corrientes y la fuerza del viento, que es casi constante, en dirección este-oeste, a lo largo del Ecuador. No obstante, la expedición dispuso de ciertos elementos como una radio, relojes, mapas, sextantes y cuchillos, aunque los mismos no fueron relevantes a la hora de probar que una balsa como la utilizada podía realizar la travesía. La expedición Kon-Tiki fue financiada mediante préstamos y contó con donaciones de parte del ejército de Estados Unidos. Heyerdahl viajó tiempo antes a Perú, donde, junto con un pequeño grupo de personas y dentro del espacio provisto por las autoridades nacionales, se dedicó a la construcción de la balsa. Para ello, se emplearon troncos de madera balsa y otros materiales autóctonos, y se mantuvo el estilo de construcción indígena tal como se observó en las ilustraciones dejadas por los conquistadores españoles. La travesía comenzó el 28 de abril de 1947. Heyerdahl y otros cinco integrantes viajaron durante 101 días a lo largo de casi 7000 km por el océano Pacífico, hasta llegar a un arrecife en el atolón de Raroia, en las islas Tuamotu, el 7 de agosto de 1947. Toda la tripulación llegó a tierra sana y salva.