Los niños aprenden a dibujar con divertidas ilustraciones y textos sencillos, así se divierten mientras logran unos satisfactorios resultados. Reconocen las formas básicas de las cosas y las componen paso a paso formando imágenes armónicas. De este modo los pequeños dibujantes perciben de un modo ameno el ritmo de la pintura y los sonidos del lenguaje.