Esta escalofriante novela refleja en gran parte las ideas que sobre el arte y la ética del arte poseía su autor, Oscar Wilde. Para ello, este genial y provocador escritor nos arroja a la cara el comportamiento de Dorian Gray. Todo parte de un deseo alocado... Dorian Gray había pedido conservar intacta la belleza de la juventud y que fuera su retrato no sólo el que envejeciera, sino también el que soportara la carga de sus terribles pasiones y pecados. Dorian Gray había traspasado su alma a un lienzo, estandarte visible de su conciencia, y éste le mostraba una imagen cada vez más espantosa...