Esta es una novela conmovedora que explora la infancia y juventud de Jesús a través de los ojos de su mejor amigo. Con una mezcla de ternura y profundidad teológica, nos invita a redescubrir los dos mandamientos fundamentales: amar a Dios y al prójimo. En sus páginas, desfilan personajes esenciales del cristianismo, mientras la narración nos sumerge en un mensaje de esperanza y vocación fraternal. Todo un recordatorio de que el amor verdadero da prioridad al otro, reflejando la esencia misma de la fe cristiana: que la sed de verdad se sacia aceptando a Cristo y dejándonos refrescar por Él.