«Hoguera» es la historia de un hombre anónimo que decide construir con sus propias manos una casa en medio de una naturaleza devastada, tras lo que intuimos como un colapso civilizatorio o una colosal crisis ecológica. Mientras lo hace, pese a las incontables dificultades que tendrá que sortear, irá conociendo un mundo no humano que transformará su vida: su pensamiento, su visión de sí mismo y de la realidad, así como sus sueños, cobrarán una nueva dimensión. Animales salvajes, incursiones bajo la Luna, apariciones fantásticas, quimeras y epifanías, encuentros insondables, euforia y desazón crepitan en los relatos de este fuego. Una hoguera que se enciende y persiste en medio de la noche. Si la casa se construye al fin, no lo sabremos del todo. Lo que era un proyecto acotado a la edificación de un refugio material, un espacio físico, termina convirtiéndose en la construcción de un universo entero. A medio camino entre el cuento, la fábula, el ensayo y la poesía, cada capítulo de esta historia aparece acompañado de una ilustración que evoca los emblemas barrocos y las miniaturas medievales, épocas en las que los misterios del mundo y del cielo se mantenían velados (y sostenidos) por la literatura. Tantas palabras, moldeadas durante tantas generaciones para designar, separar y clasificar las infinitas cosas existentes en un intento por comprender el mundo: por hacerlo útil. Pero, al mismo tiempo, todos esos nombres se amontonan ante nosotros y conforman un muro infranqueable entre la auténtica naturaleza y la visión antropocéntrica de la realidad. Sin embargo, todo será vano, todo fuego se extinguirá algún día y sólo quedarán cenizas, unos cuantos residuos oraculares. Esto es «Hoguera», apenas las pavesas literarias del fuego, de los ocasos y de los sueños de un hombre que abrió los ojos a la noche mientras construía un hogar para protegerse, irónicamente, de ella, esa antigua diosa de la que terminará siendo su más ferviente devoto.