El hilo conductor de los cuentos se hilvana con las peripecias delusivas de sus personajes, donde la realidad se adivina sólo a través de las percepciones subjetivas. Las historias transitan desde la crudeza de los celos y el odio hasta los arranques extáticos del amor y la omnipotencia. Los cuentos están agrupados en tres secciones: I.-Pequeñas ruinas: Personajes mínimos trabados en la búsqueda del amor, del reconocimiento o de la realización de sus odios. II.-Transcripciones: Intenta convertir estructuras musicales en narraciones melódicas que reflejen el ritmo, las armonías y disonancias, pero sobre todo las emociones de las piezas originales. Sin embargo, las historias cobran vida propia y se despegan de sus orígenes musicales. III.-La vuelta al orbe en siete dioses: Construye igual número de mitologías basadas en el dios judeo-cristiano y su naturaleza antitética omnipotencia/providencia, buscando explicar su aparente inactividad ante las tribulaciones humanas.