La Edad de Plata (1902-1939) es uno de los momentos más brillantes de la historia de España, dramáticamente interrumpido por el golpe militar de 1936 y la posterior dictadura. Nuestro país se abre entonces decididamente a Europa: su sociedad, retraída largo tiempo, se abre a los benéficos aires que provienen de más allá de los Pirineos. Muchos españoles viajan por Europa -entre otros países a Italia- y traen consigo nuevas ideas, pero una de las vías principales que contribuyen a este importante flujo son las traducciones de todo tipo de obras, literarias o no, que precisamente en esta época se multiplican por el aumento del público lector y el ansia de novedades.