Os recomiendo este catecismo. Se trata de un instrumento realmente eficaz, a fin de cuentas, para alcanzar el corazón de nuestra experiencia de fe y para dejarnos iluminar por él. Me refiero a la noticia siempre sorprendente de Cristo resucitado, quien nos alcanza, más allá del tiempo y del espacio, y nos sumerge siempre en el amor del Padre y del Espíritu. Os lo ruego, no lo olvidéis nunca: «Vive Cristo, esperanza nuestra, y Él es la más hermosa juventud de este mundo. Todo lo que Él toca se vuelve joven, se hace nuevo, se llena de vida» (Christus vivit, 1). Papa Francisco (del Prólogo)