Calderón de la Barca, uno de los grandes autores de la literatura universal, escribió numerosas obras que trataban de cuestiones filosóficas. En El gran teatro del mundo, el Creador se dirige al Mundo y a sus personajes, los hombres: “Nuestra vida –quiere decirnos- es parte de una gran obra de teatro y no importa el papel que se nos haya asignado en este mundo -rico o pobre, rey o labrador-, lo que importa es cómo lo desempeñemos”. El lector asiste fascinado a esta reconstrucción tan amena y peculiar del Universo, de lo que significa nuestra vida y de los valores que la deberían guiar. Esta adaptación trata de acercar la obra a un público amplio, desde la adolescencia en adelante, en España y en Hispanoamérica, trasladando los valores del teatro del siglo de oro, su permanente juventud y actualidad. Partiendo de cierta libertad respecto al original, la adaptación es muy fiel al espíritu de la obra, y conserva en buena parte la belleza de los versos, pues Calderón fue un maravilloso poeta. Las excelentes acuarelas son de Begoña Summers, que también ha ilustrado en Gadir ediciones de Cervantes y Lope de Vega. Merece la pena volver los ojos hacia nuestro Siglo de Oro.