He aquí una fascinante mirada al legado cultural del Tarot a lo largo de los siglos. La travesía comienza en la Italia del Renacimiento, cuando se exploran los antecedentes de estas barajas así como los primeros ejemplos de tarots con los que contamos. Destacan los tarots Visconti (los más antiguos), el Tarot de Mantegna y el Tarot Sola Busca. Tras estos hitos de los orígenes, estas barajas dan el salto a otros espacios de Europa. Es en Francia donde se va a gestar el mazo más importante de todos: el Tarot de Marsella, que será el que sirva de base para la configuración de los principales tarots contemporáneos. Con un conocimiento magistral del tema, el autor nos explica el posterior desarrollo de las barajas a partir del siglo XVIII, tanto en el ámbito francés, el británico como el hispano. Es en el XIX cuando se popularizan los tarots esotéricos y ocultistas, para pasar –en el XX– a las interpretaciones simbólicas, junguianas o feministas. En suma, se trata de una obra muy completa que reúne la historia y el significado del tarot con un lenguaje asequible al público no especializado, trufada de ilustraciones cuidadosamente escogidas.