Siempre se ha dicho que hay que envejecer con dignidad. Alfons Durán-Pich cuestiona este concepto, en lo que tiene de resignación, de pasividad, de prepararse cortésmente para el acto final. Somos nosotros, con nuestros conocimientos, nuestra experiencia y nuestra manera de mirar al mundo, los que tenemos la libertad de decidir cuándo nos bajamos del autobús de la vida y de qué manera lo hacemos.