Creo que casi todos los pianistas hemos tenido un estudio muy limitado sobre nuestro amado instrumento y sus enormes posibilidades. El extraordinario libro de Daniel Goldstein y Manuel Fraga llena un vacío que dejaba muchas dudas y problemas no resueltos. La interpretación nace de nuestro conocimiento musical, experiencia de vida y fantasía, pero sería muy difícil poder expresarla sin tener una base técnica adecuada. Pienso que el último eslabón de esta cadena sea el conocimiento del instrumento, casi como continuación de nuestro cuerpo. Creo que así podríamos sentir la unidad y continuidad de ideas y resultados, sin separarnos de quien nos permite expresarlos. Mis felicitaciones y profundo agradecimiento para ambos, porque con este libro nos han regalado herramientas para continuar nuestra constante búsqueda.MIRTA HERRERAPianista argentina radicada en Italia