El prestigioso autor de The political system (1953) ofrece en este libro, que forma parte, como aquel, de un vasto proyecto de construcción de una teoría sustantiva de la vida política, el molde dentro del cual podría vaciarse esa teoría, el andamiaje conceptual que debería sustentarla. Su propósito es exponer los procesos por cuyo intermedio un sistema político, prescindiendo de su carácter genérico o específico, puede persistir como sistema de conducta en un mundo de estabilidad o de cambio. Se indagan en él los «procesos vitales» de todos los regímenes políticos, no los exclusivos de un tipo determinado (democrático, totalitario, burocrático, imperial, etc.), y la atención se centra en los procesos de los sistemas, no en las formas estructurales mediante las cuales se satisfacen los requerimientos de estos procesos. Pues como el propio Easton sostiene, si bien la necesidad de entender la estructuras es vital, estas solo pueden analizarse con éxito tras haber establecido cabal e inequívocamente las funciones características de los sistemas políticos.