Los niños de hoy padecen muchos estados emocionales aflictivos: ansiedad, miedo, estrés, soledad, insatisfacción, abatimiento, etc. Además, suelen tener una mente dispersa que les impide rendir en los estudios o concentrarse mejor en sus actividades. Por todo ello, la práctica de la meditación es muy aconsejable para los niños y adolescentes. La meditación ayuda al niño a conocerse y regularse mejor, a calmar y esclarecer su mente, a afirmar su carácter y desarrollar su voluntad. El entrenamiento metódico en la meditación intensifica su capacidad de concentración, favorece su equilibrio psicosomático y le otorga más seguridad en sí mismo. El autor recoge en esta obra, con precisión y claridad, las principales enseñanzas y técnicas de meditación para niños.